Algunos eran tan felices que lo pasaban demasiado bien.
El canto y el baile no faltaban ni uno solo de los días y ni una sola de las noches en este reino mágico.
Carreras de caballos, malabares y todo tipo de espectáculos se repartían a lo largo del día.
En este mundo mágico, realmente maldito estaban condenados a vivir de fiesta todos los días de su vida, sin descanso,
esperando a que venga alguien a sacarles de este suplicio. FIN.
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